sábado, 13 de agosto de 2011

Distintas vidas humanas

Me he hecho asidua del blog de Una antropóloga en la luna, me encanta. Gracias a ella he descubierto tribus perdidas en el espacio y en el tiempo, que nos enseñan lo que podríamos ser si la "civilización" no hubiera ido por otros derroteros, tanto para bien como para mal; no digo que todas las tribus sean maravillosas, simplemente adoptan un punto de vista tan alejado del nuestro que no parecen estar compuestas por miembros de nuestra misma especie.
He descubierto, por ejemplo, la tribu zo'e, que significa 'Nosotros'. Van desnudos, tienen varios maridos y mujeres, no hay ningún chamán o jefe, sino el respeto de los ancianos; cada uno tiene su tarea que revierte directamente en el bien de la comunidad, y cuando se enfadan, o se relajan a base de cosquillas, o se van a dar un paseo. (Clicad en la imagen)


También he sabido de varias tribus matriarcales: un pueblo de y para mujeres que huyen del maltrato, una tribu sin figuras paternas, una nación matriarcal por principios... (Clicad en la imagen)


Luego están la tribu hunza y la vilcabamba, que no sufren enfermedades y cuyos habitantes gozan de una longevidad y calidad de vida envidiables. No es de extrañar que se consideren felices y que siempre tengan una sonrisa en los labios. (Clicad en la imagen)


También hay otro poblado, los amondawa, que no concibe el tiempo. No lo tiene en su vocabulario, ni en su mente. No cuentan la vida en años, y para ellos un reloj debe de ser un aparatito para quedarse dormido. (Clicad en la imagen)


Todos ellos son seres humanos, como nosotros. Y atestiguan que la vida no es "así". No un "así" fácil de reconocer y limitado, al menos. Podemos luchar por cambiarla, empezando por nosotros mismos.

jueves, 11 de agosto de 2011

Brownie

Hoy he hecho un brownie siguiendo la receta del blog La Cocina de Mezquita, pero con harina integral que me quedaba de las muffins, y con chocolate Nestlé para postres, que es solo un 50% (a mí me encanta el chocolate muy negro, pero no tanto a Jaume).


La verdad es que ha quedado muy rico y jugoso jeje... ¡ideal para tomar con un Baileys! Aunque yo lo he acompañado con un simple café con leche y también estaba bueno.

martes, 9 de agosto de 2011

La delicadeza

Bueno, en esta mañanita de martes de vacaciones he desayunado un zumo de naranja natural y un bocadillo de jamón york, he dado unos últimos retoques a un asuntillo que debía terminar, y me he leído otro libro. Se trata de La delicadeza, de David Foenkinos, una propuesta de Papel en blanco.


Al principio lo leía un poco desganada, pensaba que estaba lleno de tópicos y tenía a la razonable Mma Ramotswe sentada con su té en mi cabeza mirando acacias y paisajes africanos. No conseguía centrarme mucho en la historia, de hecho me parecía un poquito aburrida. El fragmento que se destaca en otras páginas, por ejemplo, me ha parecido algo simplón...
“François pensó: si pide un descafeinado, me levanto y me voy. Es la bebida que menos cuadra con una reunión distendida y agradable. El té tampoco es mucho mejor. Se palpa en el aire que las tardes de los domingos se pasarán viendo la televisión. O peor aún: en casa de los suegros. […]. Por fin François decidió que podía estar bien un zumo. Queda bien pedir un zumo, no resulta demasiado agresivo. Da la sensación de chica dulce y equilibrada. Pero ¿qué zumo? Mejor evitar los de toda la vida: el de manzana o el de naranja, ésos están muy vistos. Hay que ser un poquito original, pero sin caer en la excentricidad. De papaya o de guayaba no, eso da como miedo. No, lo mejor es elegir algo a medio camino, como el albaricoque, por ejemplo. Sí, eso es. El zumo de albaricoque es perfecto. Si elige eso, me caso con ella…
—Voy a tomar un zumo…
—¿…?
—Un zumo de albaricoque, creo.
François la miró como si no fuera real del todo. ”
... pero después, conforme iba leyendo, me he dado cuenta de que esa "magia fácil" que se desvela en el fragmento era necesaria para entender el resto del libro. Esa afinidad rayando lo inverosímil, que atrae a dos personas de forma irrefutable, parece ser algo señalado por el destino: la una para la otra hasta el fin de sus días... pero antes de que ese fin llegue, sucede una desgracia que rompe esa magia... y entonces, ¿qué?
Recuerdo a un viejo amigo que, siendo unos pipiolos de 20 años, me confesaba que creía que solo se tenía un amor verdadero en la vida. Estaba con la que él creía que era su media naranja. Pero lo dejaron, y se sumió en una noche muy larga, en la que pensó que la magia le había abandonado. Yo también llegué a pensar eso, que solo había un verdadero amor y que lo demás son sombras, pero la vida se ha encargado de llevarme la contraria. Pensar eso sí que es simplón, porque la magia se mete en todas partes y te conquista en el momento más inesperado.

Creo que es evidente que, al final, el libro me ha ido enganchando, me he metido en el mundo de Nathalie, la protagonista, y he conseguido identificarme con sus sentimientos y emocionarme con su vida.

Pese a lo manido de la historia (una chica se enamora, su amor desaparece trágicamente y todo carece de sentido, pero entonces la magia vuelve a irrumpir en su vida), me lo he pasado muy bien leyendo este libro. 

De nuevo, Papel en blanco no me ha decepcionado. Me atrajo su reseña porque la descripción del estilo de la prosa me recordaba un poco a la manera de contar francesa de la película Amélie... historias cotidianas paralelas, divagaciones cortas que no te hacen perder el hilo pero enriquecen la visión del conjunto, una cierta dosis de comicidad incluso en momentos dramáticos... Esta visión se vio reforzada al llegar a este punto de la reseña:
"Por supuesto, el personaje de Nathalie es adorable, y desde el primer momento nos ponemos de su parte para acompañarla en este viaje. Es bueno recordar llegados a este punto que el propio Foenkinos, junto con su hermano, están preparando la versión cinematográfica de esta historia, y que para el papel de Nathalie han elegido a Audrey Tatou. No sé si será que yo ya lo sabía mientras lo leía, pero parece escrito para ella, porque nos imaginamos en todo momento a Tatou en ese personaje. La verdad es que si consiguen darle el mismo tono del libro a la película estaremos ante una de esas geniales comedias francesas que tanto me gustan. Y la verdad, ya el propio libro nos hace sentir ante una de esas películas." (Reseña de La Delicadeza en Papel en Blanco, os aconsejo leerla entera).
Yo no veo tanto a Audrey Tatou como la protagonista, no me imagino a la pequeña Tatou como una gran ejecutiva sobre unos tacones de aguja y caminando como una bailarina. Aunque quizá es porque relaciono demasiado a Tatou con Amélie, y por otra parte el personaje de Nathalie es, en muchos aspectos, contradictorio (lo que lo hace más creíble), así que seguramente la que se pasea con aspecto seguro por los pasillos de la oficina no sea más que una niñita-Amélie disfrazada...


Por cierto, hay un personaje del libro, Markus, que me recuerda mucho a la imagen del autor, Foenkinos...

lunes, 1 de agosto de 2011

Muffins de limón y frutos del bosque


Ingredientes:

-- 200 gr de harina de trigo integral
-- 125 gr de azúcar
-- Tres chorros de leche condensada (no es muy técnico, pero qué se le va a hacer...)
-- Un yogur natural
-- Cuatro arándanos por magdalena (La masa que me ha sobrado, la he metido en una flanera con frambuesas en lugar de arándanos). [EDITO: Acabo de probar el compuesto con frambuesa, ¡y está buenísimo!! Para mi gusto, está mejor con frambuesas; a Jaume le gusta más con arándanos porque dice que con frambuesa está muy ácido.]
-- 2 huevos
-- 125 gr de mantequilla derretida y puesta a enfriar (yo he usado Asturiana Light :P)
-- El zumo de un limón grande (he puesto también la ralladura y sabía demasiado a limón, la próxima vez no la pondré).
-- Una cucharada plena de levadura Royal
-- Canela o azúcar glassé para espolvorear por encima. Yo he echado canela, porque es mi debilidad, pero la próxima vez pondré azúcar, porque la verdad es que no pegaba mucho.

Preparación:

- Poner a calentar el horno 180º (yo lo he puesto a 200º, pero creo que se me han tostado demasiado por arriba, y he leído en otras recetas que era mejor ponerlo a 180º).
- Mezclar la harina tamizada con la levadura y el azúcar (y también la ralladura de limón, en caso de que se eche).
- Mezclar por otro lado los dos huevos ligeramente batidos, los "chorros" de leche condensada, el yogur y el zumo de limón.
- Unir una mezcla con la otra, sin remover demasiado, con movimientos envolventes. No importa que queden grumos, aunque debe quedar bien mezclado.
- Untar con mantequilla o aceite unos 10 moldes de magdalena (yo he puesto 6 y me ha sobrado mucha masa). Espolvorear harina y girar el molde para que caiga la sobrante y solo quede una ligera capa pegada.
- Meter cuatro arándanos o frambuesas en cada molde, y rellenar con la masa, pero sin que quede muy a rebosar para que no se salga al subir.
- Introducir los moldes en el horno. Aquí yo lo he dejado unos 20 min por arriba y por abajo, pero he leído que es mejor dejarlo primero 10 min. por abajo, y luego el tiempo restante ya por arriba y por abajo.
- Al sacar, meter un palillo en el centro de las magdalenas. Si sale limpio, sin masa enganchada, es que están bien hechas.
- Espolvorear el azúcar glassé.
- Dejar 10 min reposar en sus moldes. Pasado este tiempo, desmoldar y dejar enfriar en una rejilla elevada, para que no se queden amazacotadas por abajo (yo no tenía rejilla... otro detalle a tener en cuenta la próxima vez que las haga).

Para llegar a esta receta he mirado varios blogs (en concreto, he hecho un "machambrat" de las propuestas de Albahaca y Canela y Bocados de cielo), pero cambiando algún que otro ingrediente y bueno, modificándola un poquito. Quedan más oscuras porque yo he usado harina integral y arándanos (es que me encantan...); a ver si la próxima vez hago lo del horno y la rejilla para que me crezcan un poquito más.

De todas formas, me han encantado. Son muy aromáticas, tienen mucho sabor y olor a limón, y son refrescantes para el verano o la primavera.