jueves, 3 de diciembre de 2009

Dejemos dormir a los Demonios


Estos días están dando libritos con el diario El País, a un euro. Están bastante bien para leer en el metro/tren...

Me estoy releyendo algunos cuentos de Poe de uno de los libros y, decididamente, el ambiente que se respira en todas sus historias es inquietantemente genial... Creo que hay pocos aspectos del terror -del terror del bueno- que este autor no cultivara.

Pese al regusto a pesadilla y estupefacción que dejan la mayoría de sus finales, hay uno tipo "moraleja" que parece optimista, positivo. Es el de "El entierro prematuro".

Habla de los miedos. No de los miedos normales, sino de los obsesivos, de aquellos que llegan a convertirse en el eje de nuestra vida, a veces sin que nos demos cuenta, y que nos impiden avanzar. De esos demonios imaginarios pero no tan imaginarios, que se evocan con la facilidad de un "¿y si...?". Poe deja este final para que lo saboreemos y recapacitemos:
"Hay momentos en que, aun para el sereno ojo de la razón, el mundo de nuestra triste humanidad puede cobrar la apariencia del infierno, pero la imaginación del hombre no es Caratis para explorar con impunidad todas sus cavernas. ¡Ay! la torva legión de los terrores sepulcrales no puede considerarse totalmente imaginaria, pero, como los Demonios en cuya compañía Afrasiab realizó su viaje por el Oxus, deben dormir o nos devorarán, debemos permitirles el sueño, o pereceremos."
Tan pocas líneas y tantas referencias confusas... Pero bueno, el significado general se entiende...

[Es difícil encontrar información sobre Caratis y Afrasiab en Internet. Parece ser que con Caratis, Poe alude a una novela de Horace Binney Wallace, «Stanley»; a su vez, esta referencia proviene de una obra gótica del escritor William Beckford, «Vathek».

Vathek fue un califa que, según parece, era capaz de matar con la mirada. En su ansia de poder y su soberbia, desafió a Mahoma, se casó con su maquiavélica madre, la princesa bruja Carathis, y juntos llegaron a descender al mismo infierno. Afrasiab fue un malvado rey persa mencionado en el poema épico Shah Nameh, y Oxus era un río por el que navegó. El resto formará parte de alguna leyenda. ]