martes, 15 de febrero de 2011

Zapatitos azules y felicidad


Acabo de terminar un libro con el que me han entrado ganas de saborear un té y un bizcochito, y que me ha hecho evocar las tierras áridas de África y su gente, que intuyo franca y sencilla.
Supongo que no es ninguna maravilla, tiene bastantes erratas (algo en lo que una se fija irremediablemente si pasa muchas horas corrigiendo textos), y el argumento no impresiona demasiado: una pequeña agencia de detectives, dirigida por una regordeta mujer madura en el taller mecánico de su marido, ayudada por una mujer fanática de los zapatos y un hombre que también hace de mecánico, se dedica a resolver de forma fácil y sin asomo de peligro casos triviales en Botsuana. El hilo argumental se desvía continuamente con episodios irrelevantes (como el de una serpiente que irrumpe en el despacho, un árbol cuyos enormes frutos pueden abrirle la cabeza a una persona, etc.); sin embargo, pese a esa poco interesante trama detectivesca, a mí me ha gustado. Me ha cautivado su forma simple de describir los paisajes de Botsuana, y de caracterizar a los personajes, con sus pensamientos, actividades y preocupaciones cotidianas. Me han entrado ganas de saber más de ese lugar. En conclusión, me ha dejado una sensación agradable y he pasado un buen rato leyéndolo. Y eso era precisamente lo que buscaba.

1 comentario:

  1. Tengo el libro de Alegre y en Compañía...que fue el que me leí hace tiempo...y en que descubrí que era una agencia detectivesca con una adicción al té importante...jeje...
    Me gusta mucho como escribe este hombre. Gracias por esta reseña...la tendré en cuenta para cuando vuelva a pasearme por la librería...y ahorre un poco, of course...
    Besos!!

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